El sector aeroespacial es un ámbito en continuo crecimiento y desarrollo, en el que la innovación juega un papel clave. Durante los últimos años, este sector ha experimentado las aplicaciones más avanzadas de la tecnología aditiva debido a la flexibilidad y adaptabilidad que permite para la producción de piezas con características especiales.
De hecho, la fabricación aditiva ya ha marcado algunos hitos en el sector aeronáutico. Recientemente, Juno, la primera aeronave que incorporaba componentes elaborados con tecnología aditiva, entró en la atmósfera de Júpiter, la atmósfera planetaria más grande del sistema solar. Sin embargo, su uso no se reduce solo a este tipo de acciones. Las posibilidades que aporta la tecnología aditiva para una construcción de componentes sin juntas ni ensamblajes, así como realización de soluciones más ligeras a través del uso de geometrías complejas (optimizadas o reticuladas) y de la utilización de materiales más ligeros, han conseguido mejorar la eficiencia de las naves. Las grandes ventajas que esta tecnología aporta al sector han provocado que la fabricación aditiva abra nuevas posibilidades en la construcción de todo tipo de piezas, prototipos o finales, tanto para satélites como para aeronaves y equipos aéreos en general.
Las aplicaciones de la fabricación aditiva en el sector aeronáutico
En Mizar tenemos una larga experiencia en el sector aeroespacial que hemos utilizado para la producción de todo tipo de componentes con fabricación aditiva, tanto en polímeros como en aleaciones metálicas. Desde hace más de un año, en nuestras instalaciones fabricamos prototipos, útiles de proceso y piezas finales con nuevas funcionalidades para algunos de los grandes players del sector.
Entre nuestros proyectos más exitosos, estamos inmersos en la producción de componentes para las “turbinas del futuro”. Y es que la fabricación aditiva permite obtener componentes personalizados más ligeros de forma precisa y en plazos hasta un 90% más cortos que a través de los procesos de producción tradicionales. Al aprovechar los beneficios de esta tecnología en la producción de las turbinas de las aeronaves, se abre una nueva ventana para la obtención de unos motores más ligeros.
Esto es tan solo la punta del iceberg. El potencial de la fabricación aditiva como impulsora de innovación en el sector aeroespacial es inmenso. De hecho, ya se están llevando a cabo investigaciones para utilizar esta tecnología en otros ámbitos del sector, como, por ejemplo, en la reparación de los vanos de las turbinas, o en la elaboración de componentes del tren de aterrizaje de las aeronaves. Es más, el estudio “Additive Manufacturing in Aerospace, Defence & Space”, elaborado por Defence IQ, establece que el uso de la fabricación aditiva será una práctica estándar en el sector aeroespacial dentro de 20 años.
En los últimos años, la aplicación de las ventajas de la fabricación aditiva en el sector aeronáutico ha abierto camino a nuevas posibilidades en la industria. Sin embargo, la utilización de forma habitual de esta tecnología por parte de los diferentes ámbitos del sector requiere establecer nuevos estándares en la ingeniería aeronáutica en un futuro muy cercano.